El agua purificada se obtiene a partir de agua potable mediante tratamientos adecuados seguidos de destilación u otra tecnología equivalente que garantice la eliminación de sustancias químicas, microorganismos y endotoxinas, sin aditivos. Es empleada como vehículo o solvente en la fabricación de productos farmacéuticos inyectables y principios activos para uso parenteral, así como en la limpieza final de equipos y recipientes relacionados. El sistema utilizado para su producción, almacenamiento y distribución debe prevenir la contaminación microbiana y la formación de endotoxinas, además de cumplir con las especificaciones de la monografía correspondiente y estar validado.